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Desembocadura de Valentina Alfaro Lizama o respirar bajo el agua

Leer Desembocadura de Valentina Alfaro Lizama es sumergirse en aguas que en un principio y desde la orilla parecen calmas pero que prontamente te empujan y arrastran hasta lugares donde se revelan las heridas más agridulces que un ser humano puede experimentar.

Y es que el amor, el dolor, el ser mujer sensible y poseer una voz poderosa en un mundo cuya rapidez es abrumadora, están perfectamente retratados en este poemario cuyas preguntas retóricas y lenguaje poético constantemente interpelan a la mortalidad, a la exteriorización álmica y al rompimiento de la pasión y sus contrastes mientras las palabras en su forma y sonoridad más puras van desafiando y sobrepasando con desgarro y delicadeza, a la profundidad y libertad escritural.

Creo que es justo y necesario que no se malentiendan mis palabras porque la sensibilidad viva, el amor y el dolor en manos de Valentina Alfaro Lizama no suponen debilidad ni se revisten de parálisis emocional y al contrario, constituyen la expresión desbordada y sin tapujos de una hablante lírica que respira bajo el agua con amplitud pulmonar y cuya vulnerabilidad la acerca al conocimiento de ella misma, sus anhelos, necesidades y pesadillas mientras transita la inmersión interna con sentimientos encontrados pero convicciones firmes, adentrándose nuevamente en todos aquellos lugares en los que fue y estuvo alguna vez sin artificios, como una manera de vislumbrar el principio de la catarsis.

Hablar de Desembocadura es hablar de intensidad en el lenguaje poético, de una identidad innegable y de imágenes extremadamente sensitivas, que se mantienen (y nos mantienen) en una expectación y clímax inquebrantables y que a nosotras/os como lectoras/es nos lleva a experimentar sensaciones corporales potentes y rememorar experiencias personales muy tangibles, cuestión que no siempre se logra con tanto arte en la poesía:

Me gustaría

Quiero

necesito nunca dejar de llorar

que lo que lloro en este momento sea

para siempre (…)

En silencio

nos queríamos decir algo,

como si nos gustara

ver el declinamiento

de mi alma y la tuya.

Y uso esta última frase

porque sé de respuestas

y la tuya no aparece.

En Desembocadura nos encontramos con una poesía evocadora, intensa, llena de opuestos complementarios, se diría que contradicciones que no llegan a ser realmente contradicciones si logramos apreciarla desde una óptica lectora que logre abarcar no solamente la parcialidad sentimental si no el todo, recordando que el ser humano finalmente no es fragmentario. Es por eso, que leer este poemario es sabernos de antemano coprotagonistas de las letras de la poeta chilena pues constituye una sinergia que inevitablemente termina por suceder.

Y es que su escritura es un sinfín de retazos de realidades que se vuelven ruidos, olores, lágrimas, silencios, caricias y pena acumulada en la garganta que nos identifican desde nuestra individualidad y que finalmente explotan cuando aparece el punto final de cada poema y se convierte en una pequeña pausa que nos permite volver momentáneamente a nuestro centro sabiendo que al dar vuelta la página nos rendiremos nuevamente ante el despeñadero de la mente, la corporalidad y el alma femeninas que, en las letras de Valentina Alfaro Lizama, son muy propias, son muy abrazadas, son muy resistentes y jamás dejan de serlo pero que también son protesta contra los estereotipos y expectativas patriarcales:

¡Ámalo, sé buena!

¿Quién no querría a las personas buenas?

¡Desea, eso sos!

La manzana de Adán

¿Quién no querría ser anhelada por los mortales?

En este presente, las mujeres tienen el

deber de ver más allá del incendio que

destruye los bosques, porque brinda

tierra fértil.

Y es que los discursos

y el mundo,

y ser mujer

y ser supuestamente

la hembra

caricatura del deseo.

Es así como Desembocadura, el primer poemario de Valentina Alfaro Lizama, vino a recordarnos que la poesía siempre se reviste de una belleza que es expresión intensa y profunda, identificación y acción, identidad y reflejo pero que es también el vehículo por excelencia para explotar la resistencia y la redención que surge desde adentro.

Ignacia Sandoval

Profesora de Lengua y Literatura, licenciada en Educación

Poeta y colaboradora

Puedes adquirir el poemario contactando con Bonsai de Papel Ediciones en nstagram y página web.